¡Bienvenido!

Al registrarte con nosotros, podrás discutir, compartir y enviar mensajes privados con otros miembros de nuestra comunidad.

¡Regístrate ahora!
  • Ahora disponible chatcuba.net, nuestra nueva plataforma para conversaciones en tiempo real. Conéctate con otros cubanos y amigos de Cuba de forma más directa e inmediata.

Es la felicidad, tu prisión o tu libertad.

Okita Sougo

Nuevo Orden
Nivel 8
Mensajes
6,314
Puntos de reacción
14,050
Comienzo mi tema con este escrito:

La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio: algunas cosas están bajo nuestro control y otras no. Solamente tras haber hecho frente a esta regla fundamental y haber aprendido a distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no, serán posibles la tranquilidad interior y la eficacia exterior. Bajo control están las opiniones, las aspiraciones, los deseos y las cosas que nos repelen. Estas áreas constituyen con bastante exactitud nuestra preocupación, porque están directamente sujetas a nuestra influencia. Siempre tenemos la posibilidad de elegir los contenidos y el carácter de nuestra vida interior.

Epicteto enfatiza la importancia de la autodisciplina y la aceptación de lo que no podemos controlar, puesto, que muchos factores van más allá de nuestro control o no. En sus palabras, teniendo en cuenta que Epicteto era un esclavo, sostiene, como enseñanza, "que la verdadera libertad proviene de la capacidad de manejar reacciones y pensamientos", que, según él, no son eventos externos los que nos perturban, sino nuestras interpretaciones de ellos. "Serás auténticamente libre y eficaz, pues darás buen uso a tus esfuerzos en lugar de malgastarlos, criticando u oponiéndote a los demás" Epicteto señala con esto: Que no nos daña nada, que no provenga de nosotros mismo, y que a la vez, nos afecta la interpretación de las cosas, que malgastamos terriblemente el tiempo cuando queremos interpretar lo que hacen o dicen los demás. No obstante, por el simple hecho de que, nuestras propias acciones y actitudes, cultivamos la virtud como el bien supremo y único, sin llegar a cabo que puede que nuestra felicidad se pueda llegar afectada por el exterior. ¿Será la felicidad las riendas a la libertad, o tan solo una prisión al conformismo? Y aunque no lo creas, es una pregunta compleja, según el momento, la situación y el contexto en que esta pregunta se mueva.

Es por eso, que algunas veces deprimimos nuestra propia felicidad, para darle paso a la Esperanza, y sí, puede que la esperanza sea una herramienta fuerte para ser humano, pero algunas veces la esperanza se pierde por con tal de alcanzar la paz interior, o con el conformismo. Estamos claro que la felicidad se encuentra en vivir de acuerdo a la razón, naturalizar y en aprender a diferenciar entre lo que depende de nosotros y lo que no. Algunas veces ni tenemos el control de nuestra felicidad y esta se tiñe de un color opacado con tal de aspirar que un Dios nos resuelva todo y, bajo ninguna instancia, estar a merced de un Dios que nos indique lo que es bueno o mal, cuando este mismo nos ha dado el pilar fundamental en nuestra vida: el autodominio. Por eso, armonizar tus deseos con la vida tal como es y tratar de evitar solamente las cosas que te impedirán ejercer su voluntad correctamente, al final es muestra que tu felicidad tan solo es una prisión que tú mismo creaste. Tu felicidad no debe ser opacada ni por ti mismo, ni por factores exteriores, no existe Dios, ni gobierno, ni movimiento, ni siquiera tú mismo, que pueda opacar tu felicidad de esa manera. Porque a la vez que cualquier sistema o acción influya en tu felicidad, deja de tener sentido la pregunta ¿Quiénes somos?

Entonces es cuando te pregunto: ¿Puede ser tu felicidad, la libertad y a la vez tu prisión?
 
En la práctica, muchos aspectos de la felicidad dependen de factores externos, como el dinero, el cuál es un elemento imprescindible para mantener tus necesidades básicas, o la salud, ya que si te enfermas, dependes de factores externos para curarte. La libertad total no existe, y siempre serás prisionero de algo o alguien, existen leyes que hay que cumplir, caminos a seguir ajenos a tu propia felicidad, pero a la vez necesarios para conseguir la misma, en fin, que a no ser que te vayas a una montaña a meditar de por vida, y eso sea lo que consideras felicidad, siempre vas a depender de lo externo.
 
Comienzo mi tema con este escrito:

La felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de un principio: algunas cosas están bajo nuestro control y otras no. Solamente tras haber hecho frente a esta regla fundamental y haber aprendido a distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no, serán posibles la tranquilidad interior y la eficacia exterior. Bajo control están las opiniones, las aspiraciones, los deseos y las cosas que nos repelen. Estas áreas constituyen con bastante exactitud nuestra preocupación, porque están directamente sujetas a nuestra influencia. Siempre tenemos la posibilidad de elegir los contenidos y el carácter de nuestra vida interior.

Epicteto enfatiza la importancia de la autodisciplina y la aceptación de lo que no podemos controlar, puesto, que muchos factores van más allá de nuestro control o no. En sus palabras, teniendo en cuenta que Epicteto era un esclavo, sostiene, como enseñanza, "que la verdadera libertad proviene de la capacidad de manejar reacciones y pensamientos", que, según él, no son eventos externos los que nos perturban, sino nuestras interpretaciones de ellos. "Serás auténticamente libre y eficaz, pues darás buen uso a tus esfuerzos en lugar de malgastarlos, criticando u oponiéndote a los demás" Epicteto señala con esto: Que no nos daña nada, que no provenga de nosotros mismo, y que a la vez, nos afecta la interpretación de las cosas, que malgastamos terriblemente el tiempo cuando queremos interpretar lo que hacen o dicen los demás. No obstante, por el simple hecho de que, nuestras propias acciones y actitudes, cultivamos la virtud como el bien supremo y único, sin llegar a cabo que puede que nuestra felicidad se pueda llegar afectada por el exterior. ¿Será la felicidad las riendas a la libertad, o tan solo una prisión al conformismo? Y aunque no lo creas, es una pregunta compleja, según el momento, la situación y el contexto en que esta pregunta se mueva.

Es por eso, que algunas veces deprimimos nuestra propia felicidad, para darle paso a la Esperanza, y sí, puede que la esperanza sea una herramienta fuerte para ser humano, pero algunas veces la esperanza se pierde por con tal de alcanzar la paz interior, o con el conformismo. Estamos claro que la felicidad se encuentra en vivir de acuerdo a la razón, naturalizar y en aprender a diferenciar entre lo que depende de nosotros y lo que no. Algunas veces ni tenemos el control de nuestra felicidad y esta se tiñe de un color opacado con tal de aspirar que un Dios nos resuelva todo y, bajo ninguna instancia, estar a merced de un Dios que nos indique lo que es bueno o mal, cuando este mismo nos ha dado el pilar fundamental en nuestra vida: el autodominio. Por eso, armonizar tus deseos con la vida tal como es y tratar de evitar solamente las cosas que te impedirán ejercer su voluntad correctamente, al final es muestra que tu felicidad tan solo es una prisión que tú mismo creaste. Tu felicidad no debe ser opacada ni por ti mismo, ni por factores exteriores, no existe Dios, ni gobierno, ni movimiento, ni siquiera tú mismo, que pueda opacar tu felicidad de esa manera. Porque a la vez que cualquier sistema o acción influya en tu felicidad, deja de tener sentido la pregunta ¿Quiénes somos?

Entonces es cuando te pregunto: ¿Puede ser tu felicidad, la libertad y a la vez tu prisión?
Es una pregunta bastante interesante y compleja. Yo creo que la felicidad puede ser tanto una forma de libertad como una prisión, dependiendo de cómo la entendamos y vivamos. Si asumimos que la felicidad solo depende de nosotros mismos, podríamos sentirnos libres, porque no estaríamos a merced de lo que pase afuera. Pero, al mismo tiempo, también podríamos caer en la resignación, en aceptar todo tal como es sin intentar cambiar nada, y eso, de alguna manera, nos limitaría.
A veces, nos aferramos tanto a la idea de ser felices que terminamos encerrándonos en una burbuja, evitando lo que nos incomoda o lo que nos hace cuestionarnos. Otras veces, sacrificamos nuestra felicidad esperando algo mejor, apostando por la esperanza, y ahí es donde la felicidad se vuelve más una meta inalcanzable que una realidad presente.
Creo que el verdadero desafío está en encontrar un equilibrio: entender que no podemos controlarlo todo, pero tampoco vivir con una pasividad absoluta. La felicidad no debería ser una cárcel autoimpuesta, sino una elección consciente dentro de lo que sí está en nuestras manos.
 
Es bien difícil, la felicidad no es eterna aunque tengas o pienses no carezcas de nada , una simple noticia no esperas , el mínimo problema que aunque sepas puedes después resolverlo… todo afecta según las emociones y sentimientos en cada persona a menos que todo te de igual, que aunque te lo propongas y lo quieras asumir como una meta , será un camino en el que te vas encontrar siempre alguna piedra .
 
Atrás