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hoy me veo en la penosa necesidad de exponer un oscuro complot que se estuvo gestando en mi contra.
Todo comenzó con la insólita propuesta de un tal Soma Kurusu, quien, con aires de mesías moderno, intentó convencerme de que tenía la capacidad de ingresar al venerable Club de los Descamisados. ¿Yo? ¿Unirme a un grupo donde la única obligación es seguir ciegamente un tutorial de cómo ser un "hombre macho alfa heteropatriarcal"? ¡Por favor!
Primero que nada, permítanme aclarar que jamás he creído en semejante propuesta. Y mucho menos me trago ese extraño "Tutorial" que me ofreció para convertirme en un patriarca. ¿Quién necesita un manual para ser "animal"? Hombre, mírame bien; si he llegado hasta aquí es precisamente por mi estilo loco, absurdo y neutral. ¡Soy el sin bandera que no necesita un estandarte!
Ahora, en esta curiosa guía que me enviaron, se nos instruye sobre cómo actuar para evitar que uno caiga en la tentadora red del colectivo de Nubecilla. Lo que me hace preguntarme, ¿quién pierde al final? ¿Tú, el Dios Patriarca con tu corona de cartón, o yo, el fiel sin bandera que se ríe en tu cara? Jejeje. Vamos a desglosar esto.
1. La Mandona de Sherezada: Según este "tutorial", cuando Sherezada te llame flojo, lo mejor es mandarla a barrer. Claro, porque lo más patriarcal que uno puede hacer es pedirle a una mujer que brille el suelo mientras tú te sientas como un rey. ¡Qué ingenioso! Pero aquí entre nosotros, me parece que el suelo brilla más si uno se queda de pie, ¿no?
2. El Nemesis de Kenita: Si Kenita te lanza una indirecta, la estrategia es ir a su perfil y demostrarle quién manda. ¡Porque, claro! La verdadera masculinidad se mide en batallas de indirectas en redes sociales. ¡Guau, qué profundidad! ¿Y luego? ¿Nos tomamos un café y discutimos sobre quién tiene más seguidores?
3. Cero Dramatisms: Aquí está la joya de la corona. Un patriarca no tiene tiempo para dramas, ¡eso es cosa de feminazis! Porque, ya saben, las emociones son para los débiles, y el patriarcado se alimenta de la falta de empatía. ¡Viva la insensibilidad!
Así que, después de reflexionar sobre este "tutorial básico", me doy cuenta que la única razón por la que debería tomar en serio esta propuesta es para reírme un rato. Porque si esto es lo que significa ser un patriarca opresor, prefiero ser el bufón del reino. Al final del día, ¿quién se lleva la mejor parte? El chiste, claro está.
Así que, a ti, Soma Kurusu, que intentaste que me uniera a esta comedia de absurdos, te agradezco. Porque mientras tú sigues intentando ser el Dios Patriarca, yo me quedaré aquí, riéndome de la vida, con mi bandera de locura al viento.
Todo comenzó con la insólita propuesta de un tal Soma Kurusu, quien, con aires de mesías moderno, intentó convencerme de que tenía la capacidad de ingresar al venerable Club de los Descamisados. ¿Yo? ¿Unirme a un grupo donde la única obligación es seguir ciegamente un tutorial de cómo ser un "hombre macho alfa heteropatriarcal"? ¡Por favor!
Primero que nada, permítanme aclarar que jamás he creído en semejante propuesta. Y mucho menos me trago ese extraño "Tutorial" que me ofreció para convertirme en un patriarca. ¿Quién necesita un manual para ser "animal"? Hombre, mírame bien; si he llegado hasta aquí es precisamente por mi estilo loco, absurdo y neutral. ¡Soy el sin bandera que no necesita un estandarte!
Ahora, en esta curiosa guía que me enviaron, se nos instruye sobre cómo actuar para evitar que uno caiga en la tentadora red del colectivo de Nubecilla. Lo que me hace preguntarme, ¿quién pierde al final? ¿Tú, el Dios Patriarca con tu corona de cartón, o yo, el fiel sin bandera que se ríe en tu cara? Jejeje. Vamos a desglosar esto.
1. La Mandona de Sherezada: Según este "tutorial", cuando Sherezada te llame flojo, lo mejor es mandarla a barrer. Claro, porque lo más patriarcal que uno puede hacer es pedirle a una mujer que brille el suelo mientras tú te sientas como un rey. ¡Qué ingenioso! Pero aquí entre nosotros, me parece que el suelo brilla más si uno se queda de pie, ¿no?
2. El Nemesis de Kenita: Si Kenita te lanza una indirecta, la estrategia es ir a su perfil y demostrarle quién manda. ¡Porque, claro! La verdadera masculinidad se mide en batallas de indirectas en redes sociales. ¡Guau, qué profundidad! ¿Y luego? ¿Nos tomamos un café y discutimos sobre quién tiene más seguidores?
3. Cero Dramatisms: Aquí está la joya de la corona. Un patriarca no tiene tiempo para dramas, ¡eso es cosa de feminazis! Porque, ya saben, las emociones son para los débiles, y el patriarcado se alimenta de la falta de empatía. ¡Viva la insensibilidad!
Así que, después de reflexionar sobre este "tutorial básico", me doy cuenta que la única razón por la que debería tomar en serio esta propuesta es para reírme un rato. Porque si esto es lo que significa ser un patriarca opresor, prefiero ser el bufón del reino. Al final del día, ¿quién se lleva la mejor parte? El chiste, claro está.
Así que, a ti, Soma Kurusu, que intentaste que me uniera a esta comedia de absurdos, te agradezco. Porque mientras tú sigues intentando ser el Dios Patriarca, yo me quedaré aquí, riéndome de la vida, con mi bandera de locura al viento.