Realmente me daría regocijo escuchar el "Hola" desde tus labios, y acariciar con mis oídos esa dulce melodía que despide tu sencibilidad, tu sencillez y tu calidez de mujer. Sin embargo, como dices, me debo conformar sólo con la ternura de tu hola escrito. Ojalá y mi ser aprenda a conquistar los latidos de tu corazón, y en un apretado anhelo de escuchar tu silencio, alcance realizar esa verdad y ese placer, que tus sentimientos merecen.