El 21 de enero de 2025,el presidente Donald Trump cumplió una promesa de campaña al conceder un indulto total a Ross Ulbricht, fundador de Silk Road, un mercado clandestino en la dark web que entre 2011 y 2013 facilitó la venta de drogas ilegales, servicios de hacking y pasaportes robados usando Bitcoin.
Ulbricht, condenado en 2015 a cadena perpetua por narcotráfico, lavado de dinero y piratería informática, fue liberado tras 11 años en prisión. Trump justificó su decisión como un acto contra el "uso del gobierno como arma" y en reconocimiento al apoyo del Movimiento Libertario, que considera el caso un ejemplo de exceso judicial

La Fiscalía federal estimó que Silk Road generó más de $200 millones en transacciones de drogas y vinculó su operación con al menos seis muertes por sobredosis. Durante el juicio, también se alegó que Ulbricht intentó ordenar asesinatos, aunque nunca fue condenado por esos cargos.

En mi opinión, este indulto plantea una contradicción evidente. Trump ha prometido "luchar contra las drogas" y "derrotar a los cárteles", pero libera a una figura central en el tráfico digital de narcóticos, cuyas acciones, según autoridades, tuvieron consecuencias mortales. Si bien es cierto que su sentencia fue criticada por su dureza (dos cadenas perpetuas + 40 años) el perdón parece más un movimiento político que una decisión basada en justicia: Trump buscó captar votos libertarios y donaciones del sector de criptomonedas, que venera a Ulbricht como pionero del Bitcoin.

Aunque Ulbricht expresó remordimiento y fue un preso modelo, su liberación podría interpretarse como un mensaje ambiguo en medio de una crisis de drogas que mató a más de 100,000 estadounidenses en 2023 y 2024