¡Vaya con los temas de amor online y citas virtuales y todo eso!
A ver, sí, y sí. Solo que eso tampoco es taaaaan sencillo.
La razón: hay un montón de dementes por ahí que pueden querer vender tu hígado o comerse tu cerebro, tan campantes como un verdadero Hannibal Lecter.
El caso es que lo que hay en internet, aunque sea en un ambiente que te resulte familiar, no es algo en lo que puedas confiar al ciento por cien. O quizá soy yo, que tengo mi paranoia, a saber. No obstante, puedes conocer al “amor de tu vida” online, y cuando se conocen, lo menos que hacen es hablar. No, no se vayan por la tangente. Me refiero a que no pueden ni entablar una medianamente interesante conversación con más de una neurona. Las charlas que podían durar horas online, en la vida real se vuelven inexistentes, o en el mejor de los casos, ser preguntas forzadas con respuestas el doble de forzadas que terminan siendo monosílabos más que algo coherente. Esos momentos son para los que nadie está listo. Por eso a veces pretender ser algo que no eres online, y después intentar mantener eso en la vida real, se vuelve una tarea no titánica, sino más bien desagradable.
Hay quienes sí tienen una química increíble chateando. Risas van y vienen. Conversaciones kilométricas que tienen todo el sentido del mundo. O puede que no lo tengan, pero es un chiste interno del que luego pueden hablar. Es cuestión de crear una complicidad. Lo cual, al menos desde mi punto de vista, es la ventaja que tiene el conocer gente mediante las redes, ya sea en Facebook o en sitios como este foro. Si puedes lograr eso, es decir, compenetrarte hasta cierto nivel con esa persona de forma virtual, lo más lógico sería que, cuando se conozcan, las cosas progresen de manera orgánica y natural, siendo el estar frente a frente el epítome de lo que ya sabían, pero en lugar de una pantalla, es en 3D y carne y hueso.
Por desgracia, a muchos/as les gusta “inflar” más de la cuenta. Lo mismo con filtros que con cuentos. Se las dan de sabedores de muchas cosas, y llegados a un punto, lo que te dan es ganas de dar marcha atrás en el tiempo y no haberles conocido. Los típicos charlatanes que pululan “a ver qué cae”.
Pero bueno, lo que sí sé es las citas después de la pandemia van a enriquecer a unos cuantos, o llenar el malecón de La Habana y lugares similares en toda la geografía cubana.