Cuestionable, esa es la palabra. ¿A quien de niño no le dijeron "haz bien sin mirar a quien"? sin embargo si había alguien que nos caía mal o no nos gustaba difícilmente manteníamos ese consejo como algo a llevar a cabo. De esta manera muchas veces las decisiones se ven afectadas por la visión que tenemos de los demás. Inconscientemente si nos gusta una persona vamos a ser más propensos a hacer algo por ella, sobre todo en los hombres, en las mujeres esto en un comienzo se traduce como proximidad pero luego puede llegar a ir mucho más al extremo. Ciertamente si es bueno o malo no lo se. Pero el "haz bien sin mirar a quien" se deforma a un "hoy por ti, mañana por mi" esperando que de esta acción llegue una reacción en igual medida. Es por tanto que confiar en la buena voluntad de las personas hoy en día resulte complicado. Sin embargo, debemos ser críticos y auto críticos y reconocer que si en algún momento lo hicimos, es justo que nos lo hagan a nosotros, lo que no significa que sea bueno ni esté bien.
¿Que piensas sobre este tema forero?
Fuente: muchotiempolibre.org
Quizá es un adagio inculcado por generaciones cuya vida no fue fácil, pero no fue tan... ¿cínica?... como esta iteración que nos ha tocado vivir.
Quisiera pensar que todos tenemos algo bueno dentro que nos inclina a buenas acciones sin esperar nada a cambio. Sin embargo, la vida se ha encargado de enseñarme que ese no es el caso. Puedes ayudar a alguien desinteresadamente, pero surge la pregunta: ¿para qué?
¿Es que somos malos pretendiendo ser buenos? ¿O de veras tenemos bondad que solo ha sido sesgada por malas experiencias?
No. Yo no confío en la buena voluntad de nadie. Es parte de ese mismo cinismo. Todos tienen un doble rasero. Todos esperan algo de ti. Son muy pocas las personas que de veras se te acercan, te ofrecen una mano, y no esperan retribución alguna.
Otra cosa más que hace que el futuro se vea bastante deprimente ?.
A veces, ni las personas más cercanas a ti escapan a estas cosas. Lo cual nos demuestra que estamos llegando (o hemos llegado) a un nivel de desapego total. Donde no importa qué, o cómo, la decepción está ahí.
En lo personal, me gustaría pensar que hago más acciones buenas desinteresadamente que las que hago esperando retribución. A fin de cuentas, muchas de ellas no me cuestan nada. Sí he recibido a cambio experiencias, o consejos, de esas otras personas. Lo que también me dice que todavía queda gente agradecida por ahí.