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Se conoce a esta paradoja como un experimento mental propuesto por el filósofo Australiano Frank Jackson, que seguro que muchas que conocen este filósofo habrán leído su libro: "De la metafísica a la ética" y si no lo han hecho, se lo recomiendo, sobre todo para abordar el problema de conciencia y el conocimiento. Dicho experimento abarca que Mary, una científica que ha pasado todas su vida en una habitación en blanco y negro, ha estudiado exhaustivamente todos lo relacionado con el color, nunca he llegado a experimentar personalmente lo que se conoce como la percepción del color. Supuestamente, un día, Mary sale de ese cuarto y ve por primera vez un objeto de color rojo; según las teorías materialistas del conocimiento, nuestra Mary debería poder deducir o conocer lo que es experimentar el color rojo, aun así, después de haber pasado tanto tiempo estudiando todos los aspectos objetivos del color de su habitación, sucede que al ver por primera vez el rojo, experimenta algo completamente nuevo y diferente.
Imaginemos ahora que nos pasamos todo el tiempo encerrado en nuestro cuarto, digamos que por fobia al mundo exterior, o que pasamos todo el tiempo tan solo observando nuestro teléfono sin darnos de cuentas, las maravillas que encierra nuestro alrededor, y que por un día te da por salir de ese cuarto, o levantar la vista y observar los colores vividos de un amanecer, que tan solo has visto detrás de una pantalla. ¿Cómo te sentirías? Como que has perdido vuestro tiempo tratando de conocer tan solo una cosa en específico, si no antes imaginar que existe un mundo más allá de un simple cuarto, o una pantalla táctil. Y eso es lo que experimento Mary al ver el color rojo, algo completamente nuevo y diferente. Y esto seguro que a muchos le ha llegado a pasar, que han vivido constantemente tan solo por una rutina, que no has querido general o desprenderse de ella, sea por conformidad, miedo, o simplemente temor a los nuevos cambios.
Pero la moraleja, como tal de este tema, creo que se las dejo a ustedes. Solo digo, que algunas veces, el conocimiento o tener mucha compresión sobre algo en específico, debemos entender que habrá otras dimensiones, más allá de nuestra experiencia personal.
Y nada, gracias por llegar acá, gustar de mi tema, y espero vuestras opiniones, y la moraleja que encierra esta paradoja.
Imaginemos ahora que nos pasamos todo el tiempo encerrado en nuestro cuarto, digamos que por fobia al mundo exterior, o que pasamos todo el tiempo tan solo observando nuestro teléfono sin darnos de cuentas, las maravillas que encierra nuestro alrededor, y que por un día te da por salir de ese cuarto, o levantar la vista y observar los colores vividos de un amanecer, que tan solo has visto detrás de una pantalla. ¿Cómo te sentirías? Como que has perdido vuestro tiempo tratando de conocer tan solo una cosa en específico, si no antes imaginar que existe un mundo más allá de un simple cuarto, o una pantalla táctil. Y eso es lo que experimento Mary al ver el color rojo, algo completamente nuevo y diferente. Y esto seguro que a muchos le ha llegado a pasar, que han vivido constantemente tan solo por una rutina, que no has querido general o desprenderse de ella, sea por conformidad, miedo, o simplemente temor a los nuevos cambios.
Pero la moraleja, como tal de este tema, creo que se las dejo a ustedes. Solo digo, que algunas veces, el conocimiento o tener mucha compresión sobre algo en específico, debemos entender que habrá otras dimensiones, más allá de nuestra experiencia personal.
Y nada, gracias por llegar acá, gustar de mi tema, y espero vuestras opiniones, y la moraleja que encierra esta paradoja.