Este domingo, desde horas tempranas de la noche el invierno habanero comenzaba a hacer de las suyas.Bajo la fría temperatura, numerosas personas aguardaban por el pan en los alrededores de la panadería de 9 entre J e I en el Vedado. Al lugar llegó un señor que frisaba los 80 años de edad. Cortésmente dió las buenas noches e indagó por "el último". Un joven con voz algo burlona le respondió: soy yo pero conmigo vienen 10. Otro que estaba junto a él, con sonrisa de igual matiz, "rectificó": somos diez o quince. Los presentes allí coincidimos en que ese proceder constituía una falta de respeto y de sensibilidad humana. A La indisciplina social estamos llamados a combatirla, máxime en la actual situación. Por consiguiente, sería bueno analizar la posibilidad de que la administración distribuya turnos a los clientes por orden de llegada y uno pero cápita de forma que por un actuar inescrupuloso no se quede sin adquirir pan ese señor que frisa los 80 años.
P/d Detrás de ese señor venía yo.