Quizás haya conflictos con los bebedores, pero es necesario comprender la lógica de las cosas.

No todo es "porque si" y "porque quiero". Esas no son respuestas.

¿Tomar para olvidar las penas?
No me parece. ¿No es mejor ir al sicólogo? Al final te echas unos tragos hoy para olvidar. Mañana te acuerdas y te echas otros tragos. Al final del mes ya eres un alcohólico confeso que no puedes vivir sin darte un trago, pero ya no para olvidar las "penas", sino porque te gusta el sabor del alcohol.

¿Tomar para sentirse bien?
También hablan de eso los alcohólicos y los semi-alcoholicos. Cuando quieren relajarse o disfrutar entonces ahí están los buenos alcoholes para desinhibirse. No saben hacerlo sino se embriagan.

¿Tomar para coger valor?
Enfrentarse a diferentes retos en la vida puede presionarte, pero darse un trago para entrar en calor y enfrentar el problema con una dosis extra de alcohol en tu organismo como si fuera la pócima del druida Panoramix, no debería ser la opción.

¿Tomar para tener sexo?
Según los que saben, es una mala combinación. Dicen que el alcohol estimula el deseo pero impide el acto. Eso dicen. Aunque también existen historias sobre ciertos papelazos en el acto sexual luego de unos tragos de más.

¿Tomar para probar si la bebida te gusta?
Confieso que lo he realizado a veces. El alcohol es por gusto. La cerveza la paso a medias. Pero en resumen no tengo nada que ver con eso.

¿Tomar porque le gusta la bebida?
Esta sería, quizás, una respuesta lógica. Vaya, la que daría un borracho confesó. Por supuesto, para llegar a ese estado debió pasar por algunos de los aspectos mencionados anteriormente y se quedara para siempre atado a los influjos de la bebida.

Además, la borrachera y embriaguez embocan en los conocidos papelazos y estados alterados que son bastante desagradables si no hay control: violencia, perdida de moral, vómitos, etc.

Darse un trago de vez en cuando no es malo. Todo con medida y de forma moderada. Llegar a los excesos ya es otra cosa y puede no tener freno.