El legado de la Inquisición ha tenido un gran impacto en la sociedad moderna. Desde su creación a finales de la Edad Media hasta su disolución, la Inquisición ha sido responsable de numerosas atrocidades e injusticias en Europa y en todo el mundo.

La Inquisición era una compleja red de tribunales eclesiásticos que funcionó en varios países entre los siglos XIII y XIX. Se creó para investigar y castigar a herejes, brujas y otros disidentes religiosos que se oponían a la Iglesia Católica. La Inquisición también tuvo un profundo impacto político, social y espiritual. Limitó los poderes de los monarcas, socavó el Estado de derecho y perpetuó prácticas religiosas erróneas.

A pesar de sus numerosas violaciones de los derechos humanos, algunos sostienen que el legado de la Inquisición aún puede sentirse en la sociedad moderna. Por ejemplo, muchas de las técnicas jurídicas de los inquisidores se siguen utilizando hoy en día en los sistemas jurídicos modernos, mientras que la influencia de la Iglesia en la política sigue siendo objeto de debate. Además, la profunda desconfianza de los inquisidores hacia la ciencia y la creatividad sigue presente en los movimientos religiosos modernos.

El legado de la Inquisición sigue siendo muy relevante hoy en día, y sus efectos en la sociedad aún se dejan sentir. ¿Qué hacer con este legado? ¿Debemos reconocerlo y aprender de nuestra historia, o debemos olvidarlo y borrarlo de la memoria pública?