Mi DIOS es un tipo despreciable que juega consigo entre muertos ojos masturbados. Deseé el vidrio irregular jamás concretando en el pensamiento. Pronto apareció cual copa verde en sueños de acción para húmedos. Así el telón abre al surrealismo y el podium da voz a la que llamaremos Lucía por asuntos de censura más allá de nuestra autoridad y dificultades de la productora. Me plantea un análisis de mí a mí durante diez años o quién ya sabe cuánto. Soy incapaz de obtener cualquier sueño por esfuerzo o plegaria. Batalla mental de frentes juntas a carcajadas intermitentes. YO soy un tipo despreciable que juega consigo entre muertos ojos masturbados. ¿Cómo matarte sin morirte? Absurdo. Hiriente. Mi amado estúpido dogma lacerante omnipotente.