Dice una canción más vieja que muchos de nosotros aquí que "Celos, malditos celos, por qué me matan si no hay razón..."
Tengo eso metido en la cabeza desde que vi este tema, y la verdad es que, en la mayoría de los casos, todo está en nuestras cabezas. Ojo: que en las otras ocasiones sí que hay razones más que justificadas para sentir este gusanillo que no te deja vivir, y llega al punto en que te deprime, entre otras cosas mucho menos placenteras, producto de esa misma depresión.
Por supuesto, al final dependerá de quiénes estén involucrados en la pareja, y de cómo sean como personas ante sí mismos y ante la sociedad. Porque a veces pasa que tenemos este complejo de querer ser la cura de un picaflor, y resulta que terminamos haciéndonos más daño de lo que nos toca. Vamos, que el nivel de tóxico se va por los cielos.
A veces, simplemente, los celos tienen otra connotación que va más allá de si la pareja le prodiga atención extrema a x persona. Se trata del hecho de sentir celos hacia una acción en específico. ¿Por qué conmigo no haces esto? Es la pregunta del millón. Bueno, pues a cada cuál lo que le toca. Hay límites, y tampoco podemos "ahogar" a nuestras parejas. Lo cual no quiere decir que tenga que gustarte. Tampoco resignarte. Para algo existe la comunicación, y se SUPONE que en una pareja esta fluya, además de un voto de confianza. Llegado el momento, lo otro es aprender a soltar a esa persona, y ponerle punto final a las cosas antes de que empeoren. Sigue estando en nuestra mente, pero esta rige el cuerpo, y todas nuestras acciones, por lo tanto, es como resetearnos, y hacer "borrón y cuenta nueva". Sí, los celos pueden llegar a ese extremo. Aunque sean infundados, que es lo peor.
En el caso de los celos justificados, habría que ver entonces cómo es la situación. ¿Por qué esa actitud zalamera? Y sí, ahí encuentran la excusa de libro de texto: "amor, es solo un/a amigo/a". ?
Er....
No.
La amistad tiene sus límites también.
Al final, tenemos que hacer un mejor trabajo mental con nosotros mismos. Encontrar las razones por la cual nos afecta tanto que ciertos hechos tengan lugar. ¿Tiene solución? Sí. Pues hala, a tomar al toro por los cuernos. ¿No la tiene? Entonces no es ahí, como dicen muchos cartelitos regados en redes sociales. O más concretamente: a tomar por c...
Todo lo que nos haga daño mentalmente debe pulirse y eventualmente desecharse si no hay modo en que funcione para nosotros. Es de madre sentir celos ante una situación sobre la que no tienes control. Es incluso peor cuando sientes demasiado por esa persona y ves que esta se te escapa entre los dedos. No porque no hagas nada, sino porque aunque lo hagas, las cosas igual suceden. Lo que genera la pregunta: ¿eres tú, o es tu pareja?
Pero la vida sigue. Al final, lo positivo (si es que se sabe buscarlo) es que aprendes de ti. Sabes dónde están tus límites, y conoces tus propios sentimientos. No hay una guía que te diga por aquí se hace así o por allá se va a tal lado. Para eso, todos tendríamos que venir con sendos manuales de usuario cuando nacemos, y estamos claros de que a alguien por ahí le gusta ahorrar papel.