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Danteojos
Invitado
Los llamados amores imposibles tienen un embrujo especial que deriva precisamente de su inviabilidad, algo que los hace más vehementes, más morbosos por decirlo de algún modo, ese componente privativo que suele sazonar a todo aquello que resulta por naturaleza inalcanzable.
¿Masoquismo? No lo creo, nadie en su sano juicio quiere sufrir porque sí, ni siquiera por amor.
¿Inconsciencia? Tampoco me parece que sea lo que mejor define a este tipo de amores, entre otras cosas porque el enamorado suele ser perfectamente consciente en la mayoría de los casos de la imposibilidad de materializar su pasión, por más que, aun así, se recree una y otra vez en ella a través de su imaginación encendida.
¿Espejismo? ¡Por supuesto que sí! La visión se nubla ante los embates del deseo y conduce a percibir realidades distorsionadas, quimeras donde justamente la imposibilidad desparece.
¿Sueño? También, claro que sí, el sueño es un elemento consustancial a todo género de amor, más aún en el caso de los imposibles, que perderían toda su esencia sin dicho componente.
¿Obsesión? Evidentemente sí, un amor imposible se nutre de la obsesión, de esa ansia compulsiva que impide pensar en otra cosa que no sea en el ser amado.
¿Virus? (ahora que están tan de moda). Es posible, no en vano se inocula en la sangre y todo el organismo queda a su merced, sin que ningún antibiótico pueda combatirlo.
De todas formas y a pesar de todo, lo que yo realmente pienso es que la expresión amor imposible no deja de ser un oxímoron, ya que no creo que en el amor haya nada imposible.
¿Masoquismo? No lo creo, nadie en su sano juicio quiere sufrir porque sí, ni siquiera por amor.
¿Inconsciencia? Tampoco me parece que sea lo que mejor define a este tipo de amores, entre otras cosas porque el enamorado suele ser perfectamente consciente en la mayoría de los casos de la imposibilidad de materializar su pasión, por más que, aun así, se recree una y otra vez en ella a través de su imaginación encendida.
¿Espejismo? ¡Por supuesto que sí! La visión se nubla ante los embates del deseo y conduce a percibir realidades distorsionadas, quimeras donde justamente la imposibilidad desparece.
¿Sueño? También, claro que sí, el sueño es un elemento consustancial a todo género de amor, más aún en el caso de los imposibles, que perderían toda su esencia sin dicho componente.
¿Obsesión? Evidentemente sí, un amor imposible se nutre de la obsesión, de esa ansia compulsiva que impide pensar en otra cosa que no sea en el ser amado.
¿Virus? (ahora que están tan de moda). Es posible, no en vano se inocula en la sangre y todo el organismo queda a su merced, sin que ningún antibiótico pueda combatirlo.
De todas formas y a pesar de todo, lo que yo realmente pienso es que la expresión amor imposible no deja de ser un oxímoron, ya que no creo que en el amor haya nada imposible.