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Mira que el tiempo pasa y por defecto, cambian nuestras costumbres. Antes, las personas que fallecían, simplemente las enterraban en el camposanto o cementerio y ya. De vez en cuando, alguien hacia un pedido especial y deseaba que lo enterraran en otro lugar. ¨Si me muero en Madrid, que me entierren en La Habana. Y si muero en La Habana, que me entierren en Luisiana¨, como dicen en los animados de Elpidio Valdés. También, acerca de los pedidos especiales, estaba el caso del tomador empedernido (curda, borracho y alcohólico) que pedía que lo enterraran con un ¨rifle¨ (botella de ron), para hacer más acogedor su camino a la eternidad. El caso de la persona alegre de la vida, que le gustaría que cantaran alguna canción en su velorio (incluso hay quien contrata a los mariachis), para que amenice el momento y no todo sean lágrimas y suspiros. Y así, por el estilo.
HISTORIA
También existió el caso de Agapito Jodini, un cubano fanático al gran escapista Houdini, que inventó un acto increíble, que consistía en enterrarlo vivo en un ataúd, le echaban tierra encima y luego (de algún modo) él se escapaba y salía por detrás de los presentes en el cementerio. El número, como tal, no tenía ningún problema, solo que el encargado de poner la tapa al ataúd y echar la tierra encima, era el rival en amores de Agapito Jodini y este no sabía que su mujer todas las noches, daba rienda suelta a su fuego uterino con este individuo, por allá por La Habana Vieja. Jodini (como todo buen marido tarrú que se entera de ultimo que es tarrú, cuando ya todo el barrio sabe que es tarrú) ni se olía esta infidelidad, por estar pensando en sus escapes y trucos asombrosos. Fue así, como un 30 de Febrero (recuerden bien esta fecha), que hacia frio y lloviznaba, enterraron vivo al imbécil de Jodini. Nadie se llevó el truco hasta el final (como tontos de capirote que eran las personas por esa época). Solo el portugués Matías Pérez, quiso decir algo, pero el mismo individuo, le hico una maraña a su globo, el Ville de Paris, y este se fue a bolina una tarde y más nunca apareció. Dice un youtuber de la época que se estrelló en Yucatán, pero los palurdos de la época dicen que fue raptado por Kuantrespit, un ser extraterrestre (que odiaba el jugo de tamarindo que tomaba Matías Pérez).
Ahora muchos piden ser cremados y que tiren sus cenizas en algún lugar específico, como en el mar, algo muy de moda en estos tiempos. También hay personas que desean que no se desate la III Guerra Mundial una vez deje este mundo y la familia no entre en discordia (muchas veces en la misma funeraria) por quedarse con los bienes del difunto, la casa, el carro, etc.
¿Y tú? ¿Tendrías algún deseo en especial cuando llegue tu hora?
HISTORIA
También existió el caso de Agapito Jodini, un cubano fanático al gran escapista Houdini, que inventó un acto increíble, que consistía en enterrarlo vivo en un ataúd, le echaban tierra encima y luego (de algún modo) él se escapaba y salía por detrás de los presentes en el cementerio. El número, como tal, no tenía ningún problema, solo que el encargado de poner la tapa al ataúd y echar la tierra encima, era el rival en amores de Agapito Jodini y este no sabía que su mujer todas las noches, daba rienda suelta a su fuego uterino con este individuo, por allá por La Habana Vieja. Jodini (como todo buen marido tarrú que se entera de ultimo que es tarrú, cuando ya todo el barrio sabe que es tarrú) ni se olía esta infidelidad, por estar pensando en sus escapes y trucos asombrosos. Fue así, como un 30 de Febrero (recuerden bien esta fecha), que hacia frio y lloviznaba, enterraron vivo al imbécil de Jodini. Nadie se llevó el truco hasta el final (como tontos de capirote que eran las personas por esa época). Solo el portugués Matías Pérez, quiso decir algo, pero el mismo individuo, le hico una maraña a su globo, el Ville de Paris, y este se fue a bolina una tarde y más nunca apareció. Dice un youtuber de la época que se estrelló en Yucatán, pero los palurdos de la época dicen que fue raptado por Kuantrespit, un ser extraterrestre (que odiaba el jugo de tamarindo que tomaba Matías Pérez).
Ahora muchos piden ser cremados y que tiren sus cenizas en algún lugar específico, como en el mar, algo muy de moda en estos tiempos. También hay personas que desean que no se desate la III Guerra Mundial una vez deje este mundo y la familia no entre en discordia (muchas veces en la misma funeraria) por quedarse con los bienes del difunto, la casa, el carro, etc.
¿Y tú? ¿Tendrías algún deseo en especial cuando llegue tu hora?