Tanto soñarte y extrañarte sin tenerte,
tanto inventarte,
tanto buscarte por las calles como un loco,
sin encontrarte.
Y ahí va uno de tonto;
por desesperado,
confundiendo amor con compañía.
Y ese miedo idiota de verte viejo y sin pareja,
te hace escoger con la cabeza lo que es del corazón.
Y no...